TUMORES DE LOS OVARIOS
- Ramón Rodríguez Morales
- 2 may 2019
- 2 Min. de lectura
Los ovarios son las glándulas sexuales femeninas equivalentes a los testículos del hombre. Son ovoides, miden más o menos 4 x 2-3 cm en las mujeres fértiles y se ubican en la cavidad de la pelvis en áreas laterales al útero y cercanos a las trompas de Falopio, muy movibles y como suspendidos por ligamentos.
Cada ovario contiene más de 4.000.000 de oocitos, las células sexuales de la mujer y durante la vida se desarrollan alrededor de 400 en los más o menos 40 años que dura la vida fértil de la mujer. Mensualmente se desarrolla un oocito, formándo un quiste u óvulo que se llena de nutrientes, principalmente glucógeno, para el desarrollo del huevo que sale del ovario en la ovulación, viaja por la trompa de Falopio hacia el útero donde, si es fecundado por un espermatozoide, se anida para desarrollar el embrión de un nuevo ser humano. Si no es fecundado muere a las 12-24 horas y se repite en la mujer el ciclo, generalmente de 28 días de duración.

Cuando la mujer no ovula, el oocito se mantiene en el óvulo y muere a los pocos días pero el quiste puede seguir varios caminos: atrofiarse lo más común, crecer un poco y estabilizarse o crecer progresivamente. De manera que cuando quedan varios quistes en el ovario por falta de ovulación se producen los OVARIOS POLIQUÍSTICOS, muchas veces normales, fisiológicos, presentes en muchas pacientes en su vida y que se corrigen espontáneamente o con tratamientos diversos cuando se originan por problemas de índole hormonal. Cuando el quiste crece mayor tiempo se generan los CISTO ADENOMAS O QUISTES BENIGNOS, que pueden llegar a ser muy grandes. Pudiendo la paciente lucir como embarazada. Generalmente los quistes mayores de 10 centímetros que persisten son extirpados quirúrgicamente. Los tumores de los ovarios se hacen sospechosos

cuando se trata de quistes con muchas divisiones o tabiques, con excrecencias en su interior (porciones sólidas adosadas en las paredes del quiste como pólipos), o cuando se trata de tumores sólidos. Por su ubicación, no es posible detectar los tumores de los ovarios fácilmente. Casi siempre se hace cuando son grandes y en el caso de los malignos, la posibilidad de que se hayan diseminado es mayor.
El examen ginecológico periódico que incluya tacto vaginal y rectal acompañado del ultrasonido pélvico, a través de la pared abdominal o trans vaginal, con una sonda o transductor dentro de la vagina, son los estudios con los que más fácil y económicamente podemos hacer pesquisa de los tumores ováricos. Estos son estudios que, además e la citología vaginal, debe realizarse toda mujer que inicia su vida sexual. Las niñas cuando comienzan a ver sus menstruaciones y las adultas deben también hacerse su evaluación periódica ya que el ultrasonido es un procedimiento no invasivo y no duele. Mas vale prevenir que lamentar...
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